miércoles, 29 de junio de 2011

EL DIA.es


 .Portada > Gente ALFONSO MORALES Y MORALES Tony Falcón, un gran púgil, todo bondad y lealtad

TUVIMOS LA DICHA de conocer a Tony Falcón la noche de la presentación del libro de mi buen amigo el Dr. Humberto Crisóstomo en la Villa de Arico, al finalizar el acto y ser presentados por su alcalde y dilecto amigo Eladio Morales Borges y un grupito de amigos de Tony, que querían saludarle y evocar "travesuras" de antaño, por el antiguo "lomo" de Arico, hoy señera Villa que viene desplegando una gran actividad cultural desde su cine Graline, cuya buena acústica hace que los conciertos y representaciones ganen mucho.
Este primer encuentro ha tenido continuidad en escritura, tarjetas, recortes de prensa, fotografías y hasta una muy completa entrevista que el querido amigo Antonio Salgado Pérez le hiciera a Tony en uno de sus viajes por estas tierras, recogida en "Jornada Deportiva" el martes 29 de agosto de 1989, con profusión de fotografías, donde hace balance de su carrera boxística. Para nosotros, algo inenarrable, toda vez que nunca hemos sido muy aficionados al boxeo; aunque, eso sí, asistimos a algunos de los de Juan Albornoz ("Sombrita") por el que sentíamos gran admiración, vivimos la irrupción en el mundillo del boxeo del "Ciclón del Atlántico", Domingo Barrera Corpas, Miguel Velázquez y algún que otro fenómeno.
Tras la lectura de tanto documento, tenemos una idea clara de quién fue Tony Falcón en el ring, uno de los púgiles más destacados de los años sesenta. Sus éxitos de amateur y, también, sus descuidos en la preparación para los Campeonatos de España de Boxeo Amateur de 1973, que tan caro le costaron, pero que constituyeron una llamada de atención seria, que le llevarían a disputar y ganar varios combates entre ellos uno a Miguel Velázquez, por puntos.
Y su gran "magüa", la inoportuna lesión que le impidió acudir a la Olimpiada de Tokio. Ha recibido los mejores elogios de sus amigos y contrincantes del ring: Carrasco, Velázquez, Kid Tunero... "Por su retirada en plena juventud se perdió un campeón".
A través de sus amables cartas hemos aprendido mucho y bien de su caminar por el solar patrio, desde aquel lejano día, con 17 años a sus espaldas, "acudiendo a los imborrables para mí, Campeonatos de España en Málaga, llevando de compañeros de viaje al mejor luchador de las islas, por entonces, Andrés Lutzardo, Pollo de Máguez, en el peso pesado, y en el que fui nombrado mejor boxeador del torneo", quedando subcampeón de España de los ligeros, pero, sobre todo, por lo que ello supuso de conocer a personas de respeto. Y le pongo un ejemplo, aquel delegado de Educación Física y Deportes, José Antonio Elola Olaso, que en 1963, me llevó a su querida ciudad de la Bella Easo, de la que me enamoré. Y algo que nos marcaría: conocer y tratar al que fuera médico particular del Generalísimo, Vicente Gil, presidente a la sazón de la Federación Española de Boxeo. Personas a las que nunca olvidaré y estaré eternamente agradecido mientras viva, a pesar de que ellos hace algunos que gozan del descanso eterno.
Cuántas horas nos pasamos don Vicente y yo paseando y charlando por todo Madrid, e incluso en las concentraciones de la selección española, en Colmenar Viejo o en el Palacio del Pardo.
Lo que hacíamos casi todos los días, al considerarme como uno más de su familia, algo muy gratificante para mí. Todo cuanto soy, en gran manera, se lo debo a estas personas entrañables que marcaron mi vida: además de los ya nombrados, el profesor de ginecología Dr. Herrero Marcos, de la Universidad salmantina. Hoy ejerce como rehabilitador en el Centro Médico Matías Calvo, llevando la hidroterapia. Está felizmente casado con una importante diseñadora de moda en San Sebastián, en compañía de sus hijas, que son su debilidad y de las que está orgullosísimo... ¡como debe ser! ¡Felicidades, amigo!

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